«Cuando renuncies a oprimir a los demás y destierras de ti el gesto amenazador y la palabra ofensiva; cuando compartas tu pan con el hambriento y sacies la necesidad del humillado, brillará tu luz en las tinieblas y tu obscuridad será como el medio día. El Señor te dará reposo permanente; en el desierto saciará tu hambre y dará vigor a tu cuerpo; serás como un huerto bien regado, como un manantial cuyas aguas no se agotan. Construirás sobre tus viejas ruinas y edificarás sobre cimientos muy antiguos; te llamarán reparador de brechas y restaurador de hogares derruidos». (Is 58, 9-12)
* - * - * - * - * - * - * - *

«En verdad, en verdad os digo: si alguno guarda mi palabra, no verá la muerte jamás» (Jn 8, 50)
13 febrero 2016
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)